HISTORIA DE LOS APELLIDOS
La Estirpe
de la Casa Castro
Para encontrar el origen del apellido Castro hay que buscar la palabra latina
"castrum", cuya
traducción se basa en castillo, casa fuerte o campamento fortificado, lo cual
revela, sin lugar a
dudas, la antiguedad del mismo.
Dejando aparte este origen, del que únicamente
se conoce su significado, y aún suponiendo que algún noble romano pudiera
apellidarse así, las noticias que se tienen sobre su punto de partida se basan
en la "Crónica General del rey don Alfonso" donde se dice que el
apellido Castro tiene por progenitor a don Nuño de Belchides, un caballero alemán
nacido en Colonia que llegó a Castilla allá por el año 884 donde contrajo
matrimonio con doña Sula, hija del Conde Diego Pircelos, de cuyo enlace nació
el Juez de Castilla don Núñez Rasura, padre que fue de doña Teresa Núñez
Bella, esposa de Laín Gundensalvez, Señor de Vivar y Vallalaín, más conocido
en la historia con el nombre de Laín Calvo descendiente, según algunos, del
rey Fernando I el Magno, que desposó con doña María Alvarez, Señora de
Castrojeriz, primer solar de la familia Castro, en Burgos.
De acuerdo a lo anterior, parece deducirse que el origen del apellido Castro es
burgalés; pero es que ocurre que habiendo perdido esa casa en su origen la línea
de varón, fue la procedente de la misma en Asturias por el casamiento del
citado Laín Calvo, Juez y Gobernador de Castilla, con doña Teresa Núñez,
descendiente de la esclarecida familia de los Lara, de quienes nacieron entre
otros, don Fernán Laínez, que se asentó en Haro (Logroño), don Diego Laínez,
que hizo lo propio en Valladolid y don Rui Laínez que reedificó la expresada
villa de Castrojeriz. De dicha estirpe procede don Rodrigo Díaz, Señor de
Vivar, más conocido con el sobrenombre de "Cid Campeador".
Los Castro, pues, se encuentran emparentados con el héroe castellano, famoso
por sus hazañas.
Los Castro, aparte de su implantación
en Castilla, tuvieron numerosas casas en Galicia y Portugal, país este en el
que alcanzaron gran renombre, vinculados a las familias más ilustres de aquella
nación. Una rama pasó a Galicia fundadndo nueva casa enMonforte de Lemos
(Condes de Lemos).
Otra rama Castro se trasladó a Cataluña dando origen a las distintas familias
de este apellido que moran en aquella Comunidad, ya que todos provienen de un
mismo tronco común.
Logistas hablan de esta casa como muy noble y muy antigua, resaltando aquellos
de sus miembros que se hicieron famosos en los diversos campos de la historia:
Esteban Rodríguez de Castro, que explicó medicina en Pisa, ciudad en la que
fue llamado "el Fénix de la Medicina"; Francisco Alonso de Castro,
confesor de Carlos I, electo obispo de Compostela y Felipe de Castro, que llegó
a ser Director de la Academia de Bellas Artes de San Fernando; doña Juana de
Castro, viuda de don Diego de Haro que casó con el rey don Pedro, después de
la polémica anulación que hizo la iglesia al anterior matrimonio de este
monarca; Manuel de Castro, pintor portugués discípulo de Claudio Coello que
llegó a ser Pintor de Cámara del rey Carlos II.
En América hubo un Castro, don Vela de Castro, que fue enviado por el emperador
Carlos I al Perú para reprimir el levantamiento de Almagro a quien apresó y
sin dudarlo, mandó ejecutar por aquello de que "un enemigo muerto, es un
enemigo menos".
Pero también en el Nuevo Mundo hubo otros Castros que se hicieron notar como
familiares de la Santa Inquisición: En Méjico, don Jerónimo de Castro, en
1.582, hijo de Alvaro López de Castro, conquistador de Nueva España. El padre
fue hombre de armas y el hijo dedicó su vida a la persecución de herejes, enviándolos
a las hogueras inquisitoriales.
En las Ordenes Militares ingresaron numerosos caballeros de este apellido,
Calatrava, Alcántara, Montesa, Carlos III, San Juan de Jerusalén, Reales
Maestranzas de Caballería y demás instituciones nobiliarias.
Esto quiere decir que los miembros de este apellido probaron no una, sino
repetidas veces, su hidalguía ante las Reales Chancillerías de Valladolid y
Granada y Real Audiencia de Oviedo.
En los títulos nobiliarios cabe destacar a: don Francisco de Castro y Gallego,
creado Marqués de
Campollano el 20 de septiembre de 1.700; Don Pedro de Castro y Figueroa, Duque
de la Conquista, Marqués de Gracia Real en 30 de abril de 1.730; don Joaquín
Miguel de Castro y Gadea, Marqués de Campo Hermoso en 6 de junio de 1.761 y don
Francisco de Paula Castro y Pérez de Orozco, Marqués de Gerona y Vizconde de
Castro Orozco, el 18 de diciembre de 1.846.
Otros Castro famosos fueron don Fernán Ruiz de Castro, conocido con el nombre
de "el Castellano", mayordomo Mayor de Fernando II y ricohombre de
Castilla, entroncando sus hijos con la casa de Manzanedo, quien casó en
segundas nupcias con la Infanta doña Estefanía, hija del emperador Alfonso
VII.
Don Ponce Castro, ricohombre de Castilla cuyo hijo Fernando fue Adelantado Mayor
de Castilla, Señor de Cigales, Mucientes y otros estados. Pedro Fernández de
Castro, Señor de Santa Olalla; don Fadrique de Castro, Duque de Arjona, que
murió sin sucesión, al igual que sus hermanos, pasando sus estados a doña
Beatriz que casó con don Pedro Alvarez Osorio, motivando nueva familia Castro
de Lemos. Es por esta línea por la que discurrió el título de Conde de Lemos,
que posteriormente se incorporó a la Casa de los Duques de Alba.
Castro es una de las familias de más nobleza castellana y una de las cinco que,
con las de Lara,
Guzmán, Haro y Villamayor, derivan de la Casa Real de Castilla. Los Castro
ocuparon los más altos cargos en Castilla y Portugal.
En el reino de Aragón existió también una familia Castro, originada por
Fernando Sanchís de Castro, hijo ilegítimo del rey Jaime I el Conquistador y
de Blanca de Antillón, que heredó la Baronía de Castro (Huesca) y el Señorío
de Estadilla.
Una nieta de este matrimonio, Aldonza Fernández de Castro, se unió en
desposorio a Felipe de Saluzzo, hijo del Marqués de este Estado italiano, y sus
descendientes tomaron el apellido Castro. Su sucesión pasó a los Cervelló, de
estos a los Alagón y los Moncada y finalmente a los Duques de Medinaceli.
DESCRIPCION DE SU ESCUDO DE ARMAS:
En campo de plata seis roeles de azur puestos de dos en dos.
En Aragón: Escudo cuartelado: 1º y 4º de oro con cuatro palos de gules. 2º y 3º de plata con una estrella de gules.
Los de Cataluña: Escudo cuartelado: 1º y 4º de gules con un escudete de oro cargado de una faja de gules. 2º y 3º de gules con un castillo de oro aclarado de gules".
Sierra
La documentación que nosotros poseemos fija su origen en Asturias, aunque muy
pronto se extendió por toda la Península. Sobre la base de este apellido acaso
podría deducirse que existiendo en España tantas villas, pueblos, comarcas,
cadenas montañosas de este nombre, es posible que por haber nacido, o haber
estado afincadas en tales lugares, algunas familias adoptaran como apellidos
dichos nombres. Esta posibilidad la señala Julio Atienza en su
"Nobiliario Español" y es posible que se encuentre en lo cierto, las
noticias que este tratadista tiene, y la documentación que poseemos nosotros,
no menciona el por qué de este linaje se le llamó Sierra. Existe también otra
posibilidad: En la antiguedad, a aquellos guardas a caballo que recorrían las
sierras guardando que la ley se respetara en ellas, se les denominaba
"Caballeros de la Sierra". ¿Puede esto significar que fue uno de
estos funcionarios de la Corona el que
añadió a su apellido el de "Sierra" en relación con el cometido que
ejercía? Geográficamente, este nombre se encuentra muy extendido en España y
naturalmente, toda la América Hispana. Precisamente el apellido a que nos
venimos refiriendo pasó al Nuevo Mundo desde los primeros tiempos del
Descubrimiento y colonización. Entre los hombres que acompañaron a Hernán
Cortés, se puede encontrar a un tal Gaspar de la Sierra. Aquí nos encontramos
ante el problema,
que sí puede denominarse del origen del apellido. ¿Este personaje tenía por
cierto el Sierra por apellido o por ser natural de alguna serranía, sus compañeros
lo denominaron Gaspar, el de la Sierra?. Recuérdese el caso de Rodrigo de
Triana, cuyo apellido no era tal, sino que fue así llamado por haber nacido en
aquel barrio sevillano. Entre los Sierra mejicanos, descendiente de la línea
española que pasó a aquel país, puede citarse a Justo Sierra, célebre político
y escritor mejicano, que se destacó durante el gobierno el presidente Porfirio
Díaz, terminando su vida en Madrid donde murió siendo embajador de Méjico.
ARMAS:
En campo de gules, tres bandas de sinople, perladas de oro.
La
estirpe de la Casa Garrido
Su origen, historia y hechos.
Como advertencia preliminar, convendrá informar que Garrido es una voz
castellana, que equivale a los calificativos de hermoso, gallardo, lozano, etc.
etc. tal y como aparece en la "Crónica General", escrita por orden
del rey don Alfonso XI, en la cual se lee que, don Tello Alonso perdió en una
batalla hasta doscientos caballeros "garridos " .
Es indudable que el linaje Garrido es uno de los más antiguos de España. Don
Antonio de Barahona, acreditado autor genealogista, al que nombra Argote de
Molina en su obra "Nobleza de Andalucía", ya lo cita, así como otros
muchos autores, en particular Franckenau en "Bibliotheca Hispánica".
Barahona tiene fama de genealogista serio, por lo que no es aventurado conceder
absoluto crédito a los informes que facilita sobre el linaje Garrido.
Para mayor garantía, habrá que decir que fue sobrino del insigne poeta heráldico
don Pedro de Gracia Dei y que escribió un "Nobiliario General", al
que tituló "Vergel de la Nobleza" y otro particular dedicado a los
linajes de Baeza.
Pues bien, al autor anteriormente citado, escribió sobre don Martín Sánchez
de Jodar, chantre de Baeza en el año 1.499, a quien dirigió una epístola
sobre los linajes nobles de aquella ciudad y dice: que en la famosa batalla del
Salado, que fue en el año 1.340, se encontró cierto hijodalgo llamado de
apellido de Dios Ayuda, con siete hijos suyos, y que llevando sus armas
ensangrentadas, pasaron por delante del rey don Alfonso XI, quien al verlos le
dijo al padre: "Garridos hijos llevas", refiriéndose a la apostura y
gallardía de los citados siete hijos, y que
de ahí les quedó el apellido.
Y se dice también que, el citado rey, para honrarlos, les concedió la orden de
la Banda y que desde entonces ha brillado este apellido en la historia de España
siendo muchos los varones eminentes que lo han llevado, ilustrado y enaltecido.
Sigue contando, el citado cronista, que merece particular memoria Esteban
Garrido, cabo de armas del citado rey Alfonso, por las hazañas que realizó,
entre las que merece destacarse el que hallándose solo y rodeado de moros que
lo asediaban con sus armas y pareciendo su fin cercano, no fue así, porque en
lugar de atemorizarse, dando su muerte por segura, se envalentonó y cargó
sobre ellos, matando a dos y abriéndose camino, manteniendo a raya a los que
trataban de cercarlo nuevamente, de modo que los sarracenos, atemorizados ante
tanta bravura, optaron por dejarlo, retirándose en desorden. Por dicha acción,
fue premiado por
el rey que le otorgó privilegios para él y sus sucesores.
El nieto de este caballero se llamó don Rodrigo Garrido: desde un comienzo unió
su destino al de don Enrique de Trastamara, el hermano bastardo del Rey de
Castilla, don Pedro I, tomando parte en cuantas batallas riñeron ambos
hermanos.
En la batalla de Nájera, perdida por el de Trastamara gracias a la superioridad
de las huestes del rey castellano eficazmente apoyadas por las tropas inglesas
del Principe Negro, hijo del rey de Inglaterra, en la cual los arqueros británicos
causaron el desconcierto en las filas del bastardo, don Rodrigo Garrido, hizo
prodigios de valor, lo que no le impidió caer prisionero del rey Pedro I.
Sea porque éste se apiadó de él, sea por que no considerase oportuna su,
muerte, perdonó su vida y lo que es más extraño, lo dejó en libertad.
Apenas se vio libre, don Rodrigo Garrido se apresuró a pasar a Francia uniéndose
al de Trastamara que se hallaba ocupado reclutando tropas mercenarias en dicho
país para volver sobre Castilla, dado que no se daba por vencido en la lucha
contra su hermanastro el rey castellano.
En los campos de Montiel, con ocasión de haber cercado las huestes de
Trastamara al rey Pedro y atraído éste que fue, a la trampa preparada por el
mercenario francés Beltrán Dugesclin, y en donde halló alevosa muerte Pedro,
éste caballero, don Rodrigo Garrido, mostró su disgusto ante su señor, el de
Trastamara, alegando que la acción llevada a cabo no era de caballeros y que ni
uno solo nacido en España la hubiera llevado a cabo, por lo que él se
enjuiciaba inocente de la traición cometida por el francés Dugesclin.
A pesar de lo anterior, el de Trastamara, una vez coronado rey no se lo tomó en
cuenta y lo tuvo como uno de los principales hijosdalgo de su corte.
Más tarde, ya durante el reinado de los Reyes Católicos floreció Sancho Sánchez
Garrido que, por los servicios prestados a estos soberanos, fue caballero de la
Espuela Dorada.
En la conquista de Granada participó activamente, hasta el punto que tales
fueron sus hazañas y muestras de valor dadas en las batallas previas a la
ocupación de esta ciudad, que una vez que la misma fue ocupada, los Reyes Católicos
premiaron la fidelidad del citado caballero incluyéndole en el repartimiento de
tierras, con lo cual entró en posesión de ricas heredades, al tiempo que, por
privilegio real, quedaba exento para él y sus sucesores del pago de
determinados impuestos, entre ellos aquél que llevaba como título "el de
pechar".
Una vez descubierto el Nuevo Mundo por Cristóbal Colón, fueron muchos los de
este linaje que pasaron a las denominadas Indias, donde se hallaron presentes
desde el primer día de su descubrimiento. Núñez Garrido estuvo con don Hernán
Cortés en la conquista de Méjico, tomando parte en cuantos combates se
llevaron a cabo hasta la total pacificación del país. Una vez que esto sucedió,
decidió establecerse en la citada ciudad de Méjico, donde fundó familia y dejó
numerosos descendientes.
Otro Garrido, en este caso Alvar Garrido, fue compañero de Diego de Almagro y tomó parte en la conquista del Perú. Más tarde,
enemistado con Almagro, se pasó al bando de los Pizarro, aunque parece ser que
no tuvo responsabilidad alguna en el ajusticiamento de su antiguo jefe, ordenado
por Hernando Pizarro.
Con Valdivia estuvo Juan de Dios Garrido, que tomó
parte en la conquista de Chile, combatiendo contra los araucanos acaudillados
por el jefe Caupolican. Al igual que aquel de su apellido en Méjico, este
conquistador, se estableció en Santiago, donde asimismo procedió a fundar
familia.
Como armas traen: Escudo de oro y una banda de gules con
dragantes de sinople, acompañada de dos lobos de sable.